La pasión y el amor por los caballos es lo que mueve a esta abogada que lucha por una actividad más justa para todos y todas.
Por Daniela Muñoz
@dani.indice1
No es un día cualquiera al momento de hacer esta entrevista, ya que se está desarrollando la jornada del Gran Premio Latinoamericano 2022 en la pista del Hipódromo Chile, lugar al que tuvimos que entrar como cualquier hípico común y corriente. ¿La razón? El recinto de La Palma, junto a un escaso (en realidad nulo) apoyo de la Asociación de Periodistas Hípicos, no quisieron acreditarnos para llevarles a ustedes nuestra mirada de uno de los días que cualquier periodista amante de esta actividad le gustaría cubrir. ¿Vaya camino para fomentar la libertad de prensa, no?
Tras caminar un rato por el Hipódromo Chile, logramos encontrarnos con nuestra entrevistada: María Soledad Ramírez, quien tras abandonar el recinto de “La Troya”, al que teníamos prohibido el acceso, nos recibió con una sonrisa y un atuendo despampanante que se robó las miradas de todo el mundo.
Como no estábamos acreditados, tuvimos que ubicarnos en un pequeño rincón del recinto de Independencia, al exterior del sector del policlínico para ser más específico. A pesar de la incomodidad que podría presentar este sitio para nuestra entrevistada, Soledad no tuvo ningún reparo en compartir junto a nosotros para hablar sobre su pasión: la hípica.
Soledad, te has ganado un espacio totalmente merecido en la hípica nacional. Eres uno de los rostros que destaca cuando ocurren hechos de injusticia y siempre eres la primera que alza la voz. Por lo mismo, has obtenido el cariño de mucha gente ligada a esta actividad
¿Crees que la hípica a veces vive en una nube de fantasía por parte de los altos mandos que dirigen los hipódromos?
Yo creo que la hípica vive un poco en una burbuja, ya que todos los problemas suelen arreglarse a puertas cerradas en los mismos recintos. Eso está mal y quedó demostrado que no somos tan importantes cuando fue la época de la pandemia, donde tuvimos que pedir ayuda en todos lados para volver a correr.
Además, la hípica no es muy conocida, salvo que de repente nos vinculan con hechos de narcotráfico, que es un deporte de millonarios, que acá todos como que no sabemos lo que valen las cosas y yo creo que falta visibilizar más hacia afuera la hípica, como una comunidad muy potente, del punto de vista del trabajo, de los puestos y plazas de empleo que entrega; las familias chilenas que tienen su sustento en esta actividad y yo creo que es una actividad muy particular del punto de vista económico, porque entrega trabajo en el campo y en la ciudad.
Yo creo que como pocas actividades tiene esa virtud pero falta mucho visibilizar hacia afuera, creo que en eso están al debe las autoridades de la hípica. Yo creo que falta que seamos más hinchas de la hípica, del punto de vista de transmitir lo que es y no lo asocien solamente a un juego, a una apuesta.
A pesar de que la apuesta es la que nos financia, falta mucho trabajo en ese sentido y la pandemia lo demostró. Nosotros decíamos que éramos muy importantes, que nos tenían que abrir y no fue así; hubo que luchar mucho, tocar muchas puertas, un trabajo tremendo para poder lograr la apertura y que la hípica no cerrará más, pero fue un trabajo titánico.
Vida personal
¿Cómo nace este amor por la hípica?
Los caballos los conocí desde chica. Aprendí a andar muy chiquita a caballo y después por mi ex marido, Rodolfo Valdivieso, dueño del Stud María Paz y de ejemplares como Troyano y Clear Song (este último ganó El Ensayo); tantos caballos que tuvimos y tan buenos, como Troyano, este último fue un caballo ícono en su época acá (Hipódromo Chile), un récord total. Un hijo de Tranaman y Carmelina, que entrenaba Oscar Silva, un caballo fuera de serie.
Además, cuando conocí a mi ex marido, me regaló un caballo de carreras que fue Manto y me enamoré de él. Me salió buenísimo, porque corría acá en el Chile en distancias de 1.400, 1.600 y 1.900 metros y era encantador. Para mí, fue mi campeón en la hípica y ahí empecé yo a comprar caballos. Yo soy abogada y empecé a comprar y nunca más lo dejé porque me encanta la hípica.
¿Qué hay de cierto de que dejaste tu profesión un poco de lado por la hípica durante unos años?
Sí, por cuatro años. Además, coincidió que mis hijos eran más chicos y por eso dejé de ser abogada y me dediqué al corral porque empecé a comprar bastantes caballos. Empecé a aprender esto, porque la verdad que cuando una llegaba siempre decían que yo era ignorante y yo decía “sí, soy ignorante y soy harto ignorante, para que voy a decir una cosa por otra pero la ventaja de los ignorantes es que podemos aprender” y yo tenía ganas de aprender a lo mejor muchos dirán “no, no aprendió nada” pero no importa, eso significa que debo seguir tratando de aprender y me involucre en el tema del veterinario. Por ejemplo, yo sé hacer una cama, sé cuánto come un caballo, sé algunas cosas como detectar cuando un caballo puede estar intranquilo y lo que podría ser. A lo mejor mucho no le voy a acertar pero tengo una idea; también sé medidas de primeros auxilios, cuando un caballo está asomando recién una infosura, entre muchas otras cosas.
Siempre es bueno ser ignorante porque uno siempre tiene la meta de seguir aprendiendo y esto se aprende cada día más. Ya los pedigrees me superaron porque hay tantos caballos y tantos pedigrees que ya me perdí un poco. Me acuerdo que aprendí mucho con Leandro Saez, del Haras “La Gloria de los Ángeles”. Me enseñó bastante de físico, como escoger un caballo, en qué debía fijarme. Yo quería mucho a Leandro, con él aprendí bastante y muchas veces veníamos los días jueves a almorzar acá, lo invitaba y conversamos de hípica y traté de aprender lo más que pude.
¿Qué es lo que más te gusta o quieres de la hípica?
La parte que más me gusta de la hípica es ir a ver al caballo a los corrales. A mí no me gustan las carreras, de hecho nunca he jugado un peso, no me atrae el juego; de hecho no me gusta que corran, me pongo nerviosa. No disfruto mucho, salvo cuando veo que pueden ganar, por eso prefiero la vida del corral. Ver a los empleados, ver cómo están, me sé los sobrenombres, todas esas cosas. Me tiran bromas yo sé las respondo pero siempre con mucho respeto. La gente de la hípica es muy alegre, muy buena para el apodo, para la broma y el chiste rápido y yo creo que eso también sirve para la vida, porque creo que he desarrollado también eso del chiste rápido y de la broma y el sobrenombre divertido y pucha que tienen razón a veces los sobrenombres.
Me gusta mucho la gente de la hípica, los caballos y eso es lo que más me encanta. A veces vengo para acá (corrales) pero no vengo a ver los caballos, sino que vengo porque conozco gente; nos reímos, jugamos y se hace un día muy bonito en una jornada. Además, las mujeres todavía podemos decir que un hipódromo es un lugar seguro para nosotras, y yo por eso también he peleado mucho, por el tema de que la hípica se siga manteniendo como un lugar seguro y yo sé que hay algunas situaciones un poco complicadas con algunos temas, pero esto no puede ser como los estadios con las barras bravas. Gracias a Dios todavía es un lugar en el que puede venir la familia, los niños, las mujeres solas y cero problema.
¿Y es verdad que fuiste Miss Derby?
(Risas) Ay no por Dios, ya me da vergüenza. Son cosas… yo también fui varias cosas cuando era más chica.
¿Cosas de juventud?
Sí, cosas que uno hace en juventud para allá y para acá, pero la verdad es que no tengo rollo con eso de que te digan que seas ‘Miss’ no sé qué cosa o que te saquen una foto porque te ves bien, porque yo creo que no tengo ese rollo de decir: “oye no valoran mi inteligencia”. Ya no tengo que demostrarle nada a nadie del punto de vista de la inteligencia, no tengo ese rollo, lo demás yo lo encuentro fantástico me declaro del lado de las costumbres antiguas, de que un hombre te diga un piropo, que te invite a comer, yo lo encuentro fantástico y ojalá no se nos pase nunca esa linda costumbre.
¿Cuál es la alegría más grande que has vivido gracias a la hípica?
Chuta, ganarse una carrera es como lo total, pero fíjate como son las cosas, en realidad fue criar a un caballo, como el que tengo ahora, “Soy geógrafo”, y cuando tenía a “Impreso”. Recuerdo que este último cuando peleaba los Grupo I, me subía arriba de una silla y gritaba como loca, después me daba cuenta que estaba arriba y miraba para al lado y no sabía qué hacer. ¡Qué plancha! ¡Qué vergüenza! Recuerdo que al caballo “Fromaggio” lo disfruté tanto y me dolió mucho cuando murió. La hípica tiene eso, cuando uno toma cariño por un caballo y los quiere se preocupa. Nunca he mandado un caballo a la feria, prefiero tenerlos en el campo y que se mueran de viejos. Siguiendo con tu pregunta, la hípica da muchas alegrías.
El programa “Apasionadas por la Hípica” -que pronto regresará-, me gusta mucho, porque puedo decir las cosas que pienso. Creo que lo peor que puede pasar es no decir las cosas que uno piensa, hay que atreverse. Por lo mismo, muchas veces me gusta decir las cosas que a lo mejor no suenan tan bien pero para mí son necesarias. Te doy un ejemplo claro: el tema de la Constitución.
Tenemos una pregunta de una persona muy cercana a ti. Hablamos de la querida María José ‘Coté’ Molina, quién nos envía está duda que no la deja dormir.
¿Es verdad que te escapas a tomar cervezas de litro en la galería del Hipódromo Chile?
(Risas) Es verdad, es verdad y es verdad. Me voy a la ‘galucha’ porque me encanta, igual cómo voy donde ‘Raulito’ a comerme los tallarines con mechada o la cazuela que es maravillosa y últimamente estoy adicta al sándwich de mechada con tomate y ají verde. El otro día vine con un gran amigo, Manuel Cuadra, y trajimos así una cosa tipo petaca, la combinamos con Fanta y nos tomamos un rico fanshop como dicen por ahí, que lo encontré la ‘muerte’. He estado ahí con Enrique Foster, con Cristóbal Millar, creo que Cristóbal fue él que en su minuto incitó al tema que fuéramos a tomarnos esas cervezas de litro, pero la verdad es que después estaba más ‘caramboleado’ que yo acá en el cuarto piso. Yo creo que Cristóbal trató de que yo quedara en vergüenza pero no fue así, fue al revés, Cristóbal quedó mucho más ‘caramboleado’ que yo. Pero el rumor es cierto.
Nos mencionaste un poco de los caballos que tuviste “Manto” “Impreso” “Newberry” ¿qué significaron todos ellos para ti?
Yo los quiero como hijos, siempre los cuido. Los preparadores de mis caballos saben que yo nunca los apuro, nunca los exijo. Si tienen algún dolor, que no corran, no se inscriben, yo los quiero un montón. Con “Impreso” sufrí, lo sufrí todo, tanto así que cuando murió fue justamente aquí en la curva del Hipódromo, mientras entrenaba para una carrera. Recuerdo que corrí y no sé de dónde saqué fuerza, pero fui a la curva y estaba con su fractura expuesta y no vine en seis meses a la hípica; no podía recuperarme de esa pérdida, fue tremendo.
Con “Fromaggio” fue algo parecido al enterarme que murió. A él lo había llevado a descansar al campo, ya que había ganado muchas carreras durante el año. Por lo mismo, lo llevé por cuatro meses a un campo y allá otro caballo lo pateó y lo terminó matando. Yo había llevado tres caballos a descansar y cuando me dijeron que uno había muerto me dieron otro nombre; cuando vuelvo al campo a ver a los caballos, me dio muchísima pena, especialmente cuando los veo bajar, ya que venían solamente dos, faltaba “Fromaggio”. Ahí me di cuenta que él se había muerto y que se habían equivocado en darme el nombre antes.
También está la “Chica Bond”, otra yegua tremenda. Por “Golden Voyager” y “Fresquina” del Haras “Santa Eladia”. Fue hermana de “Impreso” por el lado de la madre. Una yegua de mil batallas, también la salvé de un sesamoideo pulverizado. He dado mil batallas, pero porque los quiero, los caballos para mí son el foco de acá, los empleados de corral, los preparadores, los jinetes todos saben lo que es querer un caballo de la hípica.
Las falencias de la hípica vistas desde el marco legal
En “Apasionadas por la Hípica” hablaron que se debía cambiar el sistema de sanciones, poniendo énfasis en los comisarios…
¿Crees que el Sporting hizo bien al tomar la decisión de buscar nuevas autoridades en esta materia o crees que esto debe ir mucho más allá, como cambiar el código de carreras?
La verdad, es que con el código de carreras haría un cohete (realiza el gesto de volar). Lo digo super claro, porque creo que el código de carreras es antiguo, anacrónico y no refleja la actualidad. Incluso, la misma corte ha dicho que no tiene los principios mínimos de un debido proceso. Para mí, que soy abogada, atenta contra todo lo que son los principios de un ser humano, que es el derecho a defenderse. No hay nada peor que una persona sea condenada injustamente, no hay nada peor que la injusticia.
Yo eliminaría el código de carreras, obvio en este minuto tienen que tener a alguien que haga la pega de comisario, pero los comisarios no pueden depender ni ser contratados por el hipódromo respectivo, tiene que existir una instancia de apelación y una última instancia, que a lo mejor debería ser un Consejo con otra composición. Yo me pregunto: ¿Qué hace el señor De la Remonta del Ejército de no sé cuánto ahí? Me pregunto, porque en el fondo hoy también hay estamentos que son elegidos como son los gremios y los de los hipódromos son designados. No es un juicio a las personas que están ahí, sino al sistema; o lo hacemos bien o lo hacemos siempre a medio morir saltando, como decía mi abuelita. Entonces yo no estoy para hacerlo como decía mi abuelita y creo que es mejor eliminar el código de carreras y hacer una norma que esté de acuerdo al debido proceso. Tiene que haber una ley para que puedan sancionar.
Yo soy de las que postula que no se puede sancionar, porque no hay una norma y se está faltando al principio de reserva legal. Tiene que haber una norma de rango legal y no un código, que también está mal llamado, porque es una sesión, una reunión del Consejo, del rango mucho más bajo que una ley.
¿Saben? Yo defiendo la Constitución del '80, porque ella garantiza que tiene que haber una ley que autorice a sancionar. Díganme, ¿dónde está la ley? Yo no la he encontrado, he estudiado todas las normas y no hay una ley. Está el Consejo Superior de la Hípica, pero insisto, no hay una ley.
El código de carreras no es ley. Yo voy a seguir defendiendo que el código de carreras transgrede y violenta todas las normas de la Constitución: el principio de legalidad y a la reserva legal respecto de poder aplicar sanciones las cuales se deban regir por un sistema sancionatorio con las normas del debido proceso. Estoy absolutamente de acuerdo cuando la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema dijeron que en la hípica no había un debido proceso, no hay opción de defenderse.
¿Cómo crees que se está desarrollando la hípica actual?
Yo creo que hoy se necesita un cambio normativo. Tenemos normas que datan del año ‘30 y están pensadas para otra época, donde no había lo que existe en la actualidad, que es la concentración en las acciones de los hipódromos, sobre todo en el Club Hípico de Santiago. Ok, te acepto que haya concentración y seas dueño de un recinto, pero no puedes tener alguna injerencia en la administración de ellos.
Se tiene que llevar la gestión de un hipódromo de otra manera. No es aceptable que solo una persona pueda dirigir el monto de los premios y lo que se va a correr porque tiene intereses personales creados.
En síntesis, hay un conflicto de interés que llega a ser vergonzoso. No puede ser que siga este monopolio, esta falta de competencia. Al final, estas son las cosas que matan las actividades.
Si uno cree que por invertir más vas a fomentar que crezca una actividad estás muy equivocado. Solo aumentas el monopolio, la concentración y la falta de interés, tal como señalé anteriormente.
¿Cómo ideamos, visualizamos o pensamos la actividad hípica con visión de futuro y con sentido?
Me gusta mucho que tú digas sobre el “sentido”, porque yo creo que la mayoría de las cosas tienen que hacerte sentido y a mi actualmente no me hace sentido. Como te dije anteriormente, la concentración de la propiedad o el sistema sancionatorio no me hacen sentido. Creo que la hípica tiene que estar enfocada en lo que hoy le toca a las personas. Hemos perdido cuatro años sin haber hecho un trabajo en pro de los gremios o en cambiar el código de carreras.
Solo se han dedicado al doping, cuando tienen un sistema, por lo que he estudiado, que viola la Constitución. ¿Qué sacamos con seguir con lo del doping? Más aún en los Grupo I, cuando podemos tener una hípica de Índice 1 y un sistema sancionatorio de Índice 1 ¿Qué importa que tengamos los mejores laboratorios si estamos sancionando gente inocente? Te doy un ejemplo con lo que sucedió ahora con una yegua del preparador Rodrigo Quiroz, en que la “Ceci” Echeverría, una talentosísima mujer hípica y veterinaria pudo acreditar lo contrario pero, ¿qué pasa con el sistema que está señalado en el Consejo respecto que se sanciona ausencia o presencia? ¿Quién se puede defender? No puede haber un accidente, no puede haber alguna situación común o acá también (en el Hipódromo Chile) cuando salieron muchos doping positivos con las lidocaínas, la procaína, todo lo terminado en “ina”, todos esos datos contaminados se eliminaron.
¿Quién se puede defender frente a un sistema que viola la Constitución? Pueden tener las normas que quieran del laboratorio, pero tienen normas hoy sancionatorias que a mi juicio y por lo que he estudiado, viola el principio de racional legal y por lo tanto viola la Constitución.
¿Crees que los gremios de trabajadores se ven afectados por el código de carreras actual?
Absolutamente. No tienen ni una posibilidad de defenderse. Los hipódromos son en el fondo los empleadores de los comisarios. Hay una disimilitud total entre uno y otro; dejan todo a criterio. Yo creo que muchos hemos visto la falta de criterio total en la toma de algunas decisiones. Aquí fácilmente dejan a una persona 90 días sin trabajar porque le dijo un improperio al comisario. Yo cuántas veces no me han dado ganas de decirle un improperio y mejor me lo he guardado, pero resulta que hay situaciones que dejan a una persona 90 días sin poder trabajar. ¿Cuáles son las instancias de relación? Ahí mismo, ante los mismos que dijeron eso, sin ningún respaldo del hipódromo, estamos violando los principios mínimos de lo que es un debido proceso y que sigan dictando normas tan sofisticadas cuando tienen un sistema para mí que no está de la mano.
El grave riesgo que podría tener el futuro de la hípica con un polémico artículo aprobado para la Nueva Constitución.
Según Soledad, “se está señalando que los animales van a ser seres sintientes y que tienen que estar exentos de todo tipo de maltrato. Obvio si tienen que estar siempre exentos de maltrato, pero el tema de ponerlo como sintiente hay que ver también qué garantía van tener. Yo creo, particularmente, que al quedar de esa manera es el principio del fin de la hípica”.
Por ejemplo, hay una corriente animalista en Europa que cuando dijeron sintientes varios comentaron: “no si va mejorar el uso de la fusta y que aquí y que allá, que no sé qué cosa”. Y no va en eso, va mucho más allá. Yo por eso digo que espero que no nos pillen de nuevo y digamos: “chuta, no lo vimos venir”, porque nos ponen en categorías iguales a los seres humanos y a los animales.
Al ser sintientes, y como estamos en categorías iguales, el animal no puede estar al servicio del punto de vista de la diversión y tampoco de la apuesta. Por lo mismo, esa corriente animalista que está en Europa exige que los caballos no estén destinados a un entretenimiento que signifique apuestas y los caballos depongan su vida a altas velocidades en canchas que muchas veces terminan provocando que los caballos mueran.
No nos perdamos, es una alarma, lo publiqué en mi Instagram personal con el fin que no vaya a ser que lo que no puedo destruir la pandemia lo terminé destruyendo nuestra vergonzosa pasividad en este tema. Yo no he visto a nadie alzar la voz, a nadie decir juntémonos, estudiemos este tema, tengamos una propuesta, que se pregunten ¿qué vamos a hacer? Yo creo que el tema va por el bienestar animal y entender que también debe unirse a lo que son un gran número de fuentes de trabajo. Tenemos que seguir realizando la actividad con bienestar animal, con cuidado de nuestro animales, tener un programa, un proyecto, tener varios temas andando, pero que signifique también que haya un cuidado con lo que son las fuentes de trabajo.
Yo me pregunto ¿qué pasa si te dicen que los caballos no pueden estar para nuestra diversión? porque así lo toman (los animalistas) y no he visto a nadie que levante el dedo para decir “esto no es así”. ¿Qué va a pasar con todos los trabajadores de la hípica? ¿Quién tiene la solución? ¿Dónde van a ir a trabajar si no tienen otra capacitación u otra calificación?
En realidad es muy fuerte esta situación, ya que mucha gente y muchas familias tienen su sustento en esto. Lamentablemente, no he visto a nadie levantar el dedo y decir “CON LA HÍPICA NO”. Por mí parte, yo estoy en esa campaña, este tema tiene que ser de otra manera.
Ya nos comentaste un poco, pero ¿Crees que nadie defiende esta actividad? En el sentido de la imagen que tiene la gente hacia afuera, tú me comentabas lo de la Constitución, ¿no hay nadie apelando a eso?
Nadie, a nadie le preocupa. De hecho, hace poco me invitó la Eli Kassis a grabar un programa, “Nosotras a caballo”, donde hablé de eso. Aproveché la instancia, ya que necesito poner esto porque nadie dice nada; después llegó una chica, Marcela, corralera y escultora y ella contaba que fue a exponer ante la comisión constituyente respecto a la defensa del rodeo. Fue en esos minutos que daban pero que después no le hacen caso a nada.
La “Marce” me dice que leyó mis tres columnas que me publicó el diario “La Hípica”. Yo le digo que escribí sobre la hípica porque nadie se preocupa. Yo no he visto a nadie que diga juntémonos, veamos, que nos escuchen, metamos ruido, alcemos la voz, están los medios hípicos, mandemos un inserto, mandemos cartas, redes sociales, nada. Otra vez nos van a decir ¡Oh, mira nos está pasando esto! Por favor no digan que no lo vieron venir, esto está hace rato.
Yo estoy disponible para que armemos un grupo y nos sumemos. Además, para variar las mujeres siempre somos las que llevamos la batuta de estas cosas. Me gustaría que nos uniéramos, que hiciéramos un grupo organizado dedicado a estudiar y a plantear nuestras cosas.
El rol de los medios de comunicación hípicos en la actualidad
Durante el auge explosivo de la pandemia por el COVID-19 se abrieron varios espacios de comunicación gracias a las redes sociales. ¿Crees que la gente merece más contenidos de hípica en las plataformas digitales?
Yo creo que me van a odiar, pero tiene que ver con que yo vi a mucha gente decir cuando estábamos cerrados que debíamos “visualizar la hípica”, o frases tipo “sí, nos hemos preocupado”. Es un mea culpa tremendo y esta frase era típica “si volvemos hay que hacer un trabajo”. Cri, Cri… No he visto a nadie haciendo eso, solo se priorizó lo que son las apuestas. Es verdad, la apuesta es lo que genera ingresos, financiamiento y se sostiene la fuente de trabajo, pero no hay contenido.
Por esa misma falta de contenido es que decidimos revivir el programa “Apasionadas por la Hípica”, porque nos dimos cuenta que no hay instancias en que se digan las cosas como son.
Yo me acuerdo que en el pasado Derby hubo una situación bastante repudiable por parte del presidente del Club Hípico de Santiago. Lo peor fue ver a gente que defendía lo indefendible. ¡Qué vergüenza! ¡Qué falta de independencia! ¡Qué falta de pantalones! y de muchas cosas. ¿Les digo algo? Yo cuando digo mis ideas tengo como fundamentarlas. Si me dicen que estoy equivocada lo podemos conversar o debatir. Eso es lo que realmente suma, pero lo que resta es negar lo evidente, o tapar el sol con un dedo como se hizo en el pasado Derby.
¿Hay un verdadero periodismo en la hípica o la actividad está reducida a unas simples relaciones públicas?
Yo creo que hay mucho de eso. He visto pocos periodistas de profesión. Existen muchos comunicadores, pero falta algo con más contenido. Falta que la gente aprenda y que se logre visibilizar la hípica hacia el exterior. Nosotros tenemos que lograr que la sociedad entienda que la actividad es necesaria por el aporte que da, por los impuestos que paga, porque alrededor de cada hipódromo hay un polo de desarrollo. Hay gente que tiene su sustento una vez a la semana por las jornadas hípicas que se realizan.
La gente que sigue esta actividad debe recibir ese tipo de información, por eso los medios de comunicación hípicos son super importantes en esa materia. Por eso insisto en que tenemos que nivelar hacia arriba. Hay que contar las cosas como son, como el "espectáculo" que se mandaron en el pasado Derby.
¿Crees que el mercado comunicacional hípico está cerrado y sin opciones de tener más puntos de vista o apertura al resto? Te damos nuestro ejemplo, el Hipódromo Chile no nos acreditó para el Latinoamericano por exponer la verdad en El Derby…
Es lo mismo que estamos hablando, lo mismo qué pasa con los países donde hay dictadura o un totalitarismo. Yo no tengo pensamientos de ese tipo, al contrario, pero las críticas son porque en el fondo todas esas conductas después van creando resentimientos y situaciones negativas y eso finalmente nivela hacia abajo, porque creo que hay una gran diferencia entre lo que es el poder económico y el talento intelectual.
El poder económico en algún minuto lo puedes perder. Sin embargo, el talento intelectual naciste y te vas a morir con él.
¿Existe un recambio en los rostros comunicacionales de la hípica nacional?
Yo espero que sí. Espero que las mujeres tengan un rol importante y que se entienda que somos necesarias. Tenemos otra visión, una más cercana del caballo y me da risa, porque dicen “vamos a tratar de que las mujeres vengan como lo hacen en Estados Unidos” ¿Ya, okey? ¿Por qué mejor no le preguntan a las mujeres que queremos para volver a un hipódromo? Los encargados de esto hacen lo que quieren; ojo, yo no me declaro feminista, todo lo contrario, pero el tema tiene que ver con que tienen que preguntarnos a nosotras, nos deben motivar para participar en esto. Las mujeres en general somos bastantes más reacias a tolerar situaciones que no son justas. Somos más luchadoras en ese sentido, y como está la hípica, en que es casi como una guillotina medieval de la inquisición, obviamente que no le gusta a nadie.
Yo creo que uno está porque lleva mucho tiempo acá, pero yo espero que esto cambie. Espero que se renueve el tema, ojalá se haga luego el cambio de la presidenta del Consejo Superior de la hípica, una autoridad que si entienda que las personas tienen que ser el foco, porque hoy le toca a las personas. Es el tiempo de las personas y espero que el próximo presidente o presidenta del Consejo Superior de la Hípica Nacional entienda que ahora es el tiempo de las personas de la hípica, los trabajadores; de tener normas que sean mucho más equitativas, apegadas a lo que son los principios básicos de justicia y legalidad y que se cambien ahora, yo espero que prontamente se cambie la presidencia o la cabeza de nuestra actividad.
¿Qué opinión tienes de la Asociación de Periodistas Hípicos y cómo se podría trabajar para volver a poner la actividad en los medios nacionales?
Como tu nos mencionas “El Mercurio” ya no menciona la hípica y los grandes medios nacionales, salvo Mega por un tema obvio, tampoco.
Yo creo que hay mucho talento y gente que está aquí porque ama la hípica, y le gusta estar aquí y se preocupa por la actividad. Informan, porque esta actividad tiene un público cautivo. Yo creo que sería todo estupendo si hubiera más libertad, menos presión, menos dependencia y menos estar expuestos a que no te acrediten.
Hace poco vi que le hicieron un homenaje a Juan Antonio Torres en el Valparaíso Sporting, con él teníamos pensamientos políticos bien distintos, pero hicimos muchas cosas juntos porque nos convocaba lo que era ayudar a las personas por el sentido de justicia. Recuerdo que dije: ‘Qué bueno que el Valparaíso Sporting lo haga’, porque están reparando una situación que para mí fue muy baja, de una bajeza tremenda, que fue cuando le impidieron asistir a un Derby porque había dicho la verdad sobre el tema de la influenza equina. ¿Te fijas?
Entonces, está bien que le hagan este reconocimiento, pero no nos olvidemos de las conductas que tuvimos. A mí me dio vergüenza que hayan hecho eso con Juan Antonio Torres, muchos lo evocan ahora, pero no nos olvidemos cuáles fueron nuestras conductas. Yo creo que es bueno haber hecho el mea culpa, yo hubiese esperado que a lo mejor, alguien hubiera reconocido en su oportunidad que se equivocaron. Juan Antonio lo único que hizo fue decir la verdad, que habían muchos caballos con influenza y se produjeron muchos retiros. Por eso no lo acreditaron. Esos abusos son de los cuales yo estoy en contra.
Hablamos un poquito sobre las mujeres ¿Qué opinas de la poca integración que tienen las mujeres en la hípica?
Es tan rico esto, porque es un lugar al que puedes venir sola, todavía es seguro, la gente se conoce, es familiar y todas estas cosas. Creo que deberían haber muchas más instancias para nosotras, que fomenten que las chiquillas deseen estar trabajando acá. No les dan muchas oportunidades.
Eso me da mucha pena, porque debería haber mejores condiciones. Por ejemplo, yo no soy partidaria de las cuotas, pero creo que las mujeres en algunas cosas tenemos hasta más capacidades que los hombres. Creo que cada cual llega por capacidades, pero si estoy de acuerdo en que se generen espacios y tal vez decretar que en cada carrera corra una mujer o que en la jornada no puedan correr menos de “X” mujeres. Ya es hora de poner normas, porque esto ya no funciona. Vamos a tener que pedir cuota para las chiquillas que quieren ser jockettas, no va quedando de otra.
¿Y en los puestos de poder también crees que faltan mujeres, en los directorios de los hipódromos?
En los directorios claro, pero es que hay tanta concentración que ponen a la hermana, al marido, a la pareja, a la cuñada, a la madrina, etc. Creo que deberíamos tener más participación y también establecer una cuota, pero que lleguen mujeres muy preparadas, no solamente con conocimiento hípico, sino que también profesionalmente tengan un aporte. Por ejemplo, que sepan leer un balance, que puedan aportar, decir, opinar, que puedan hacer bien las cosas que se hacen en un directorio. Yo soy directora de empresas y en el fondo uno tiene que hacer eso, poder revisar un presupuesto, revisar cosas, debemos profesionalizar la hípica.
¿Qué te parece que pongan a mujeres a tareas tan básicas como leer los “pozos millonarios” en cada reunión de competencias?
“Lo que le dicen el toque femenino, ¿Me pueden explicar lo que es el toque femenino? Yo aún no sé qué es”.
De las pocas jockettas que hemos tenido a lo largo de nuestros años, ¿cuál ha sido la más notable, la mejor?
Debo decir que Michelle Castillo. Por el lado de las chilenas me la pones difícil, está la Anita Aedo, súper valiente, siempre defiende a su gremio; la Lesly Carolina que es un encanto, la adoro; la Catherine Weilby, que se saca la mugre. Sin embargo, ver correr a la Michelle era un lujo, ni tocaba a los caballos. Lástima que se fue justamente por el ambiente hostil. Insisto, yo creo que vamos a poner cuotas para esto.
¿Esa sería la forma para decir “Hey, las mujeres también valemos”?
“Ya no resulta voluntariamente, cuando ya no resulta de forma voluntaria, hay que poner cuota pero sería la única forma”.
Para cerrar, Soledad ¿Qué sería de ti sin la hípica?
“Estoy aquí porque me gusta, pero creo que igual buscaría otro tipo de actividades. Esto es una familia, me encanta; yo hago muchas actividades sociales, en comedores, en escuelas de niños vulnerables dando charlas, porque creo que hay motivarlos, hay que nivelar hacia arriba, decirles que se puede, que hay opciones distintas a algunas situaciones que son muy complejas y que se producen porque los niños ven a veces que hay falta de oportunidades. Yo creo que buscaría otro tipo de actividad pero siempre con lo social y a lo mejor viviría en una parcela y tendría algunos caballitos.
Siempre ligada con los caballos…
“Siempre con los caballos”.
Nos despedimos de Soledad para que pueda disfrutar del hermoso día del Gran Premio Latinoamericano, pero nos quedamos con una grata sensación. Con figuras como ella, la hípica se volverá más justa para todos los gremios que la rodean y en especial para los que no tienen voz.
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