El defensor del Stud G. Valenzuela venció por dos cuerpos y medio a Heidelberg, en una insólita jornada de hípica en verano.
El Derby Day es una jornada muy especial para los hípicos de todo el país. Todos esperan la fecha para ir al recinto viñamarino a disfrutar de las carreras de caballos bajo un potente sol de verano. Bueno, hubo una vez que pasó todo lo contrario...
El 15 de enero de 1933 se disputó la versión número 48 del Máximo Desafío en Viña del Mar. La gente de distintos sectores de la región y la capital nuevamente se trasladaron al Valparaíso Sporting para disfrutar de una buena tarde de hípica. Sin embargo, algo insólito ocurrió: un temporal del demonio estaba afectando a la Ciudad Jardín, lo que traería consecuencias en la disputa del estelar del día.
Las crónicas de esa tarde indicaban que el favoritismo debía correr por parte de Heidelberg, un ejemplar bien regular y que ya había tenido triunfos en el barro. Pero nadie podía imaginarse la "laguna" que era la pista del Sporting ese día. Llovió sin parar y con una fuerza indescriptible, dejando una visibilidad mínima para los espectadores.
A la altura de los 1.000 metros, se podían apreciar pequeñas siluetas avanzando al ritmo de la lluvia que no daba piedad a nadie. El ejemplar Rococó venía con tres cuerpos de ventaja y con su jinete bien apegado a él para evitar que la lluvia le siguiera afectando la conducción. A medida que se acercaban a la meta el macho alazán literalmente "nadó" por el césped del Sporting, cruzando la meta con 2 cuerpos y medio de ventaja sobre Heidelberg, cerrando el tablero Salteo, Kashmir y Gaby, estos últimos con graves problemas por el barro.
Rococó fue todo un golpe para los apostadores de ese día. El ejemplar venía con una campaña bien mediocre al Derby: solo una victoria en 1.600 metros en su salida de perdedor. Tras ganar el Máximo Desafío, siguió su mala campaña hasta finales de 1933, donde recién pudo hilar tres victorias consecutivas en la capital.
En 1934 tuvo una horrenda temporada, por lo que se decidió llevarlo a la reproducción, donde no sobresalió con ningún ejemplar de renombre.
A pesar de eso, Rococó se ganó un lugar especial en la historia del Valparaíso Sporting, ya que siempre será considerado como el "caballo-pato" que "nadó" en el temporal de El Derby 1933.
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