La hípica está en un proceso de renovación en todos sus ámbitos, desde jockeys a nuevos preparadores se están ganando merecidamente un espacio en los corrales de los recintos nacionales. Por lo mismo, en esta oportunidad queremos resaltar la esforzada historia de Cristián Felipe Meneses Silva, de 35 años, quien comenzó su aventura en este mundo siendo propietario, pero con el pasar del tiempo decidió remecer su vida para dedicarse de lleno a la preparación de finasangres de carrera.
¿Quién puede ser tan loco para dejar una vida de abogado para vivir el día a día junto a los caballos? Es una pregunta válida, pero la respuesta a veces nunca la entenderían. Es parte de la magia de las personas que gozamos al ritmo de esta actividad. Para ingresar a este mundo alguien tiene que abrirte una puerta, y ese espaldarazo llegó de la mano de un gigante de la preparación chilena, alguien que tiene hasta un libro con su biografía: Juan Carlos Pichara. Sin el apoyo, la experiencia y los consejos de este longevo y a veces excéntrico trainer, la historia de Meneses en el mundo de los caballos podría ser completamente diferente.
Vamos a conocer su historia…
Cristian, ¿Cómo llegaste al mundo de la hípica?
- Es un recorrido bastante largo, de menos a más. Primero, fui propietario de Juan Carlos Pichara, el papá de un amigo me ofreció participar en una sociedad, yo era fanático de los caballos que tenían ellos, compramos la yegua “Cascarita” que nos ganó varias carreras. Gané con ella mi primera carrera en el Club y después fuimos adquiriendo hartos ejemplares: “Casimira”, “Viajero incansable”, entre otros.
Pero en un momento, Juan Carlos Pichara me dijo si quería ayudarle. En ese momento tenía bastante tiempo, y me vine al corral de lleno como Assistant Trainer, él me fue enseñando de a poco, de hecho, yo creo que todo lo que sé, lo he aprendido de él. Luego, por 4 años, fui capataz del corral grande que tiene él. Nos ganamos dos estadísticas del Hipódromo y después me fue picando el bichito por preparar. Comenzamos con caballos bien humildes y de a poquito fueron llegando propietarios y comprando potrillitos.
¿Y cómo te picó el bichito de ser propietario? ¿Venías a las carreras de chico?
- De chico. Me traía mi papá, íbamos siempre ahí a Paddock, era el típico niño que le gustaban todos los caballos, jugar 200 pesos y apostar; ver las carreras, me gustaron de pequeño. Siempre tuve ese sueño de algún día sacarme una foto en la pelousse y después solo se fue dando el tema de adquirir caballos y cumplir el sueño de a poquito.
¿En qué momento quisiste ser preparador?
- Cuando era capataz de Juan Carlos y habiendo aprendido hartas cosas, aunque nunca se deja de aprender en la hípica, fue creciendo de a poco el querer hacer las cosas a la manera de uno. Yo creo que en los temas laborales y en todo aspecto uno va sacando aprendizajes y rescata siempre lo positivo, lo bueno. A pesar de que partí con ejemplares bastante humildes, siempre lo hicimos así y las cosas fueron dando resultado de a poco. Los caballos fueron ganando sus carreritas, había algunos que recuperamos del suelo.
El caballo regalón que tuvimos al principio fue “Papelito” que venía con una diarrea horrible, estaba en los huesos y fuimos recuperándolo, lo sacamos de perdedor, nos llegó hasta el índice 25, y de hecho con él gané mi primera carrera como preparador.
¿Qué significa para ti Juan Carlos Pichara tanto en tu vida personal y profesional?
Juan Carlos en la hípica para mí es como un ídolo, un maestro, un todo, una gran persona, mucha gente, yo creo que no lo conoce a fondo, pero él ayuda bastante. Se preocupa de todo, siempre está ahí preguntando, entonces yo creo que si no fuera por la ayuda de él en estos momentos no sería preparador. Al final aprendí todo de él, y por la ayuda que me ha dado, estoy donde estoy.
Juan Carlos Pichara es de los personajes más polémicos de la hípica, ¿Qué se siente trabajar con él?
- Trabajar con él es mucha presión, es muy exigente, se quiere ganar todas las carreras, no corre pa’ atrás, siempre hay una exigencia con él. Sobre todo, cuando los caballos están corriendo clásicos o son de la generación, siempre hay mucha presión. Quiere verlos galopar, que el herraje, preocupado de todo, fue una muy buena experiencia y es bueno trabajar con presión. Incluso. cuando uno ya está solo se siente un poquito más aliviado porque ya sabes las cosas que tienes que hacer, como que lo tienes siempre presente en la mente. Juan Carlos es una gran persona y hasta el día de hoy estoy muy agradecido de él.
¿Y cuál ha sido la victoria más importante o significativa en estos años que llevas preparando?
- Yo creo que la victoria más importante fue el clásico, o sea la primera carrera como preparador es importante, pero un clásico con un potrillo que tú formaste, en tu corral, con el equipo, además cómo se ha ido dando, saliendo de perdedor, hasta llegar al índice que llegó, al clásico que llegó y pudo ganar, es la carrera más bonita e importante que me he ganado.
Papelito fue el que te entregó tu primera victoria como preparador, ¿qué significa para ti este ejemplar?
- Papelito, un caballo muy regalón de corral, lo levantamos del suelo, nos salió de perdedor y después llegó el índice 25. Para mí fue súper importante, yo con esa carrera de verdad que lloré, aunque soy muy llorón, pero esa carrera lloré mucho y estábamos en pandemia, estaban solamente los preparadores en el cuarto piso y aun así fue muy emocionante.
El caballo significa mucho para mí. Lamentablemente, después el propietario decidió tomar otro rumbo cuando ya estuvo topado en ese índice y, de hecho, el caballo quedo en la cancha, cuando lo tuvo otro preparador que no voy a decir el nombre, pero por la altura de los 900 u 800 metros lo paro Jorge Hernández y lo vi con la manita lesionada y de verdad lloré. Hay muchos testigos que son propietarios míos que estaban en el cuarto piso ese día y yo lloré cuando lo vi lesionado en la cancha. Después, incluso trataron de salvarlo los propietarios, pero no hubo caso y también lloré ahí. Ese caballo significa mucho para mí.
¿Cuál es tu visión sobre la hípica, considerando que eres uno de los preparadores más jóvenes en la actualidad?
- Yo creo que en la hípica en Chile estamos bien, hay aspectos que deben mejorar, el tema de premios, de las carreras hándicap, de las condicionales, habría que mantenerlos de repente un poco más de tiempo, los 7 millones, aquí en el Hipódromo Chile. Las carreras hándicap, que bajaron ahora los premios un poco, pero yo creo que eso hay que ir aumentándolos. Los precios han ido subiendo, ha aumentado el costo de la vida en general aquí en Chile y yo creo que somos los únicos que vamos hacia atrás.
De todas maneras, el Hipódromo es muy buena casa para desempeñarse. Es como la primera división y estoy agradecido de esta casa, que independiente como hacen las cosas para bien o para mal, yo creo que el Hipódromo siempre lo ha hecho bien.
¿Cuáles son tus ejemplares regalones?
- Yo creo que todo el corral en general es regalón, nos preocupamos demasiado de todos y cada uno de los ejemplares, pero obviamente Argota va a estar enmarcado siempre en el corazón por el clásico. El cabello Papelito cuando estuvo en el corral, podría nombrar todo el corral, todos son regalones, todos tienen su argumento. El caballo Gran Alaska, que es de proyección y ha figurado cuarto en un clásico de 1200 metros de la generación. Sesamoide, también. Todos tienen su grado de cariño.
El pasado 22 de julio de 2023, Cristián logró su primer triunfo clásico con el ejemplar Argota. Una victoria que reafirma el espectacular momento que está viviendo en su carrera como preparador de finasangre de carreras. En las entrevistas, se podía ver la gran emoción que sentía luego de este logro.
¿Qué sentiste en el momento en que lo viste cruzar la meta?
- En tierra derecha me nublé solamente viendo el caballo y fue un tema de euforia y gritos. Me emocioné mucho, después cuando me empezaron a entrevistar estaba como con la voz entrecortada, pero cuando me entrevistó el hombre de TV Turf y me dijo a quien le dedica la victoria me puse a llorar. De hecho, esa parte no salió. Es mucha emoción, se me vienen muchas cosas a la cabeza, cómo partimos con el corral y de cómo estamos ahora.
Es un premio al esfuerzo…
- Es que todos los días hay un esfuerzo de todos en el equipo y de uno mismo de mantener y parar el corral, de siempre estar con los propietarios, con los caballos. Todos los días ver que estén bien y sanos, que no les pase nada, que tengas buena cama, su alimentación, el doctor, que los revisa siempre. Todo se te viene a la mente al momento de ganar, por eso yo creo que hay tanta emoción.
¿Es muy difícil trabajar y vivir de este mundo?
- Sí, es un esfuerzo muy grande porque hay que estar siempre con ellos. Son animales, hay que estar 24/7 en el corral preocupado de ellos, en cada minuto, a cada hora, por si les pasa cualquier cosa. Uno deja de lado la vida personal y familiar. Uno trata de estar de lleno acá y como premio al esfuerzo, han salido las cosas así.
En una palabra, ¿cómo definirías tu estilo de trabajo?
- Paciencia, yo creo que con esa palabra definiría el trabajo que tenemos nosotros, que es muy paso a paso con los caballos, no los forzamos a un mil por ciento. O sea, yo los corro cuando realmente están bien y sanos. Los propietarios han entendido la forma y el estilo de trabajo y nos ha ido bien, hemos sumado varios propietarios buenos, que han creído en nosotros.
El año pasado llegó, Alex Martínez con una gran inversión en potrillos y le hemos dado resultados; compró Gran Alaska, que a martillo salió 20 millones, hijo de Patternrecognition. Él creyó en nosotros y lo sacamos de perdedor. También compró Sesamoide de un precio más humilde y lo mismo; nos metimos en una patita de Stanafuera y también salió de perdedor, entonces ya creen en nosotros y se han ido dando los resultados en la cancha.
¿Quiénes son tus jinetes de confianza y cómo los eligen también?
- Hay varios, yo creo que no hay un jinete de preferencia, pero antes echaba mucho a Benjamín Sancho. Tengo una muy buena relación con él, es un jinete que tiene mucha habilidad y que a lo mejor aún no explota al 100; es uno de los jinetes regalones, lo tengo un poquito castigado por el secretario más que nada.
Pero hay varios más. Por ejemplo, a Axel Álvarez le encuentro mucha proyección, yo creo va a ser muy buen jinete más adelante. Ignacio Valdivia, independiente de la suspensión que tuvo, siempre lo he considerado porque tiene mucha habilidad.
Al Gerard (Rodríguez) lo utilizo cuando necesito esa energía que tiene él para sacar a los caballos del partidor, traerlos toda la carrera y forzarlos. Ariel Varas, es un jinete que siempre he pensado que puede estar entre el top ten, pero falta que él se crea más el cuento.
¿Cuál es la derrota que más te ha dolido?
- Hay dos que me ganaron en la meta. El caballo Sir Fernando, que siempre se ha mostrado ser un buen potrillo, lo ganaron a los 2 años con Bernardo León, le ganaron en la misma meta. Bernardo se confió un poquito y lo pillaron. Y el caballo Mufasa Forever que lo pillaron también en la meta, un caballo de Baeza. Esas han sido las carreras que más me han dolido.
¿Qué cambiarías en general, no solo del Hipódromo, de la hípica nacional?
- Yo encuentro que aquí podría cambiar la sala de jinetes, ser más amplia, ver el tema para que los jinetes puedan calentar antes de las carreras. Yo en lo personal he visto jinetes que las primeras carreras llegan demasiado cansados, agotados y después van como calentando entre medio, entonces falta eso y que ellos tengan su equipo profesional atrás, un nutricionista, alguien que vea el tema de preparación física, pero hasta el momento estamos trabajando a la chilena.
¿Y te consideras un buen líder de tu equipo?
- Sí, totalmente. Todos los equipos son difíciles de liderar y de ir llevando, pero siempre he tratado de que todos se unan, que todos rememos para el mismo lado y eso mismo me lo dio la experiencia de estar trabajando con Juan Carlos Pichara. Era un equipo difícil, era complejo mantenernos unidos, pero siempre lo sacamos adelante y ahora como preparador igual. Es complicado liderar un equipo, pero yo creo que lo hemos hecho bien.
¿Cómo has elegido tu equipo?
- Trabajadores que yo he conocido con anterioridad, lo hemos ido agregando y después tuvimos un golpe de suerte porque justo terminaron su trabajo en Sumaya y pudimos contratar a la capataz Maritza Pérez y a su pareja Jorge Vega, alias el Lima o el máquina. Ellos son dos personas extraordinarias en lo que hacen, el Lima, es el galopador oficial; galopa todos los caballos, los amansa, de arriba y de abajo como se dice. Yo creo que nunca he visto un trabajador más extraordinario que Jorge Vega. Yo conozco muchos cuidadores, pero él no es un 10 es un 100. Y Maritza igual es muy buena cuidadora, ella galopa y todo, pero dejamos que Jorge haga todos los galopes, pero de todas maneras es una excelente cuidadora. También tenemos a Cristian Ubilla que también trabajaba en Sumaya, que se agregó al equipo hace unos meses atrás y lo ha hecho de manera extraordinaria, debe llevar como 8 carreras en lo poco que ha estado en el corral y es un trabajador muy bueno.
¿Algún clásico importante que te gustaría ganar?
- Obviamente el de la casa, el más importante, que es el St. Leger.
¿Cómo proyectas tu carrera profesional de aquí a unos 5 años más?
- De partida que nos dieran un corral más grande, con más caballos, aunque eso es un poco imposible en estos momentos por el espacio que hay aquí en el Hipódromo. No hay proyectos muy avanzados para agrandar algún corral o mejorarlos para que puedan darles a los preparadores jóvenes, que al final son los que tenemos más fuerzas para seguir en la hípica.
Yo quiero remarcar un punto y es que yo soy de los jóvenes que han empezado de menos a más, o sea yo partí incluso cuidando caballos de Pichara, después fui capataz, hice el camino largo, sin un nombre ni un apellido grande. No voy a decir nombres tampoco, pero si uno tiene un gran apellido, ya tienes asegurado el corral grande, o sea, tienes que ser si o si preparador. Pero yo me fui por el camino difícil y lo hemos hecho bien, estamos ganando carreras, ganamos un clásico. Me falta poco para tener las 60.
¿Entonces, en 5 años ganando el St. Leger?
- Esa es la intención, pero por el momento un corral más grande, ojalá de 50. Yo creo que lo haría muy bien, ahora tenemos 20 y con eso estamos haciendo la fuerza porque están todos rindiendo y ganando.
Entonces, ¿crees que falta un poco más de oportunidades para los preparadores que vienen de abajo?
- Sí, a los jóvenes. Aquí en el Hipódromo y Club Hípico es complicado optar a un corral porque no hay un proyecto grande. Por ejemplo, las naves que son de un piso y que tienen pesebreras son de madera, antiguas. Hay que mejorarlas de a poco, hacer dos pisos, tres pisos, ocupar mejor los espacios y darle la oportunidad a gente joven que quiera trabajar y preparar, que ame la hípica y que tenga presente 100% que el caballo es lo más importante.
Al final, para mantener esta actividad es importante ir haciendo la renovación, el cambio.
- Claro, porque o sino nos vamos a ir estancando, vamos a estar con los mismos nombres de siempre. Yo creo que el Hipódromo nos debería dar la oportunidad a los más jóvenes, que queremos tirar para arriba y que amamos los caballos.
Algunas palabras finales para la gente que siempre sigue tus ejemplares…
- Los apostadores son bastante inteligentes y se dan cuenta cuando los caballos están con opción de ganar una carrera. Es difícil que yo esté bajando un caballo por así decirlo, añatando como dicen vulgarmente. Los caballos se van acomodando solos, van llegando a su lote preciso y se acomodan, uno le pone el jinete preciso con el que puede ganar. Así que, para los apostadores, que apuesten con completa confianza cuando vean un caballito con opción de los míos.-
Fotografías: fotooficial.cl
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